lunes, 18 de junio de 2012


"Hoy su ausencia explotó por todos mis caminos" se dijo al llegar a casa el día que Él se ausentó. 
Tan sólo fue el primero dentro de la rutina, tan sólo el primer día, el primero de muchos. Largo, emotivo, dramático y reflexivo. 
Y así, la ausencia explotada se volvió una costumbre.


Hace apenas unos días sus miradas guardaban una complicidad divertida y un tanto evidente, las caricias eran deseo, puro deseo. 


"Mi sonrisa mostraba gran satisfacción, mi comportamiento parecía relajado y seguro. Sentirme plena por lo menos unas cuántas horas parecía suficiente. Qué miserable"  Pensó mientras cepillaba su cabello frente al espejo.

Complicado es describir, tan sólo mencionar los sentimientos y emociones involucrados. Sus apuntes mentales debido a la rapidez y naturalidad de los hechos son desordenados, llenos de garabatos, prácticamente indescifrables. 
El olor cobraba una importancia muy particular en sus encuentros, la sonrisa en sus ojos y las caricias en sus sueños.
No fue lento, tampoco espontáneo, pero las situaciones daban cambios tenues, para luego dar unos más alegres.
Era evidente, las necesidades eran incompatibles. Ella se negaba a comprender, queriendo quitarle tiempo al sufrimiento y fue el mismo sufrimiento quien le quito tiempo. 
Temporada corta, escasa de buena y mutua intensidad, llena de vaivenes y de complicidad. 

"Era necesario para comprobar una vez más, que los hombres sólo me sirven de inspiración..."